Así lo destacaron durante la celebración de la VIII edición de su Jornada sobre Vigilancia de la Salud Pública donde se puso de manifiesto que esta vigilancia es la herramienta más útil para prevenir pandemias y hacer frente a nuevas amenazas, aunque para que sea eficaz en un futuro requiere de cambios profundos y estructurales.

Durante la jornada se dedicó una de las mesas a repasar las lecciones aprendidas sobre la vigilancia de la covid-19 y los caminos que se han abierto a raíz del estallido de la pandemia. En este sentido, los expertos observaron que la protección que otorgan las vacunas frente a la enfermedad leve disminuye con el tiempo, pero la protección frente a la enfermedad grave se mantiene.

Además, recordaron que con cada vacunación, el título de anticuerpos es mayor y el pico de anticuerpos neutralizantes se alcanza antes. También afirmaron que el escenario más probable es que mientras en los sueros de los vacunados haya títulos de anticuerpos neutralizantes que reconozcan una nueva variante podrá haber una amplia circulación del virus, pero no un aumento de las hospitalizaciones ni de los fallecimientos.

Los epidemiólogos también señalaron que España tiene la capacidad computacional de comparar genéticamente millones de muestras y de compartirlas para convertir similitudes genéticas en patrones de transmisión y variantes locales.

REDES CENTINELA

En el caso de la covid-19, así como de otras infecciones respiratorias agudas, resultan fundamentales las redes centinela. Es el ejemplo de Vigira, en Castilla y León, entre cuyos principios se incluye crear una base de datos abierta a todos los investigadores, y mantener la calidad, la exhaustividad de la notificación y la especificidad en la vigilancia.

También se puso como ejemplo el Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (Sivira), gracias al cual muchas comunidades autónomas contaban con experiencia previa en la vigilancia centinela de la gripe y ya existía una cierta automatización e integración de datos y sistemas. La transición ahora, desde una vigilancia exhaustiva de la covid-19, debe ser hacia un sistema representativo, integrado con otros patógenos respiratorios, que permita una cobertura suficiente, sea estable a largo plazo, sostenible y eficiente, destacaron los epidemiólogos.