En un momento de su intervención en una inofensiva proposición no de ley del PSOE a la candidatura de Málaga para albergar la Exposición Internacional 2027 ‘La Era Urbana: hacia la ciudad sostenible’, Rueda acusó al Gobierno de premiar a nacionalistas y “filoetarras”. Gómez de Celis, que en ese momento presidía el Pleno, le pidió por tres veces que retirara esta última palabra advirtiéndole de que, de lo contrario, le quitaría el uso de la palabra.

Ella se negó por tres veces y, volviéndose hacia él, se quejó de que era “superinjusto” y le preguntó por qué la tenía que “arrinconar” y por qué le estaba “coartando”. El vicepresidente del Congreso le replicó que “no es una cuestión de debate” y terminó pidiendo a la diputada: "Por favor, abandone el escaño”.

Tras estos hechos, el presidente de Vox, Santiago Abascal, quiso comparecer ante los medios en los pasillos del Congreso y denunció que el Gobierno, dentro de su presunto “proceso destituyente de España y de asalto a todas las instituciones independientes”, ha tomado el CIS, el Tribunal Constitucional, el CGPJ, el Tribunal de Cuentas y que “la única” que le faltaba era el Parlamento.

Abascal criticó que Gómez de Celis había expulsado a Rueda y que le había “llegado incluso a tutear arrebatándole el derecho a la libertad de expresión por decir que el Gobierno premia a filoterroristas, golpistas y separatistas; por decir la verdad que piensan millones de españoles y que no callaremos ante ninguna amenaza”. Prometió que Vox “va a resistir, no va a ser amordazado” y que hablará “donde sea necesario”, en el Parlamento o en los tribunales, y cedió la palabra a Rueda para que terminara su discurso con floridas alabanzas a Málaga.

El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, ya se quejó antes que Abascal en los pasillos del Congreso de que se impidiera a su diputada decir "filoetarras" y en cambio se permita tildar a su formación de "ultraderecha", "extrema derecha" o "fascistas". Señaló personalmente a Rodríguez Gómez de Celis, a quien Vox ya recriminó la semana pasada que no afeara a Irene Montero llamar a la lucha contra "esta banda de fascistas" ni impidiera a dos de los miembros de Unidas Podemos de la Mesa del Congreso insultar a Toscano en su diatriba contra la ministra.

Como informó Servimedia, esta mañana, en la Junta de Portavoces, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, advirtió a los portavoces de la Cámara de que iba a ser “más estricta” en la aplicación del Reglamento de la Cámara después de la polémica de la semana pasada, cuando otra diputada de Vox, Carla Toscano, dijo que el único mérito de la ministra de Igualdad, Irene Montero, era haber “estudiado en profundidad” a su pareja, el exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, y llamarla "libertadora de violadores".

La propia Batet, en puntos anteriores del orden del día, obligó al diputado de Unidas Podemos Roberto Uriarte a ceñirse al tema de debate cuando, en una proposición de ley para obligar al Tribunal Constitucional a argumentar sus negativas a admitir a trámite recursos, criticó al PP su bloqueo de la renovación de los órganos judiciales. Y pidió a otra diputada retirar la expresión “partidos delincuentes”.