Fallas de Valencia

Las Fallas prenden la llama por la inclusión y la discapacidad

- La Fallera Mayor por primera vez es una mujer con discapacidad, que lleva prótesis en una de pierna

- Más de 800 fallas se quemarán este 19 de marzo en la noche de la ‘Cremà’

MADRID
SERVIMEDIA

Más de 800 monumentos falleros adornan estos días las calles de Valencia y apuran la cuenta atrás para arder en la noche de este domingo con motivo de la 'Cremà' . El arte sazonado con una buena dosis de humor y sátira se erige en cada una de las figuras que habitan las fallas. Pero este año hay que añadir un ingrediente más que atrapa todas las miradas: su mensaje inclusivo de la discapacidad.

Estas fiestas, declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 2016, dan cada año un paso más hacia la plena inclusión. En 2022 Laura Mengó fue elegida la primera Fallera Mayor con discapacidad. Una condición que le hace llevar prótesis en una pierna, pero que no frena su afán de superación. Un espíritu que comparten dos mujeres, también insuperables, cuya historia se representa a través de las figuras gigantes (los remates centrales) que protagonizan dos de las fallas más importantes de este año.

VISIBILIZAR EL CÁNCER DE MAMA

La comisión de la falla García Lorca-Oltà ha querido este año visibilizar el cáncer de mama, así como reclamar la atención de las instituciones. La figura central es la de una mujer sin pecho inspirada en Cristina Gómez, a quien le detectaron un carcinoma de mama a los 30 años. “Habla de mi historia ‘en concreto’, pero ‘en general’ de lo que le pasa a un paciente oncológico. Las diferentes trabas que va encontrando a lo largo del tratamiento. Esto se puede extrapolar a cualquier tipo de cáncer”, asegura Cristina en una entrevista a Servimedia.

La creación titulada ‘Pit’ (pecho en valenciano) alcanza los nueve metros de altura y es la primera vez que una falla aborda una temática social que llama a la reflexión y ayuda a “normalizar la mastectomía y las cicatrices". "En el cuerpo femenino en mi caso, pero también en el masculino porque existe el cáncer de mama en hombres”, recuerda.

Para esta instructora de yoga de 34 años “es necesario ver cuerpos diversos, no normativos”. Cristina se siente orgullosa con el impacto logrado con esta “falla reivindicativa” porque “así la gente le pone cara al cáncer”. “Me animé a formar parte de este proyecto para comunicar que el cáncer no tiene edad ni tiene sexo”. “Es muy importante la autoexploración”.

“Estoy recibiendo muchísimo cariño y con eso me quedo, aunque es verdad que hemos generado un debate”. Ese debate al que se refiere son los comentarios vertidos mayoritariamente en redes sociales acerca de su físico. “Ha sido muy triste leer según qué cosas como que ‘No es lugar para para exponer mi cuerpo’ o que ‘Hay cosas que no son necesarias mostrar’, pero todos tenemos derecho a opinar”.

ENFERMEDADES RARAS

Noah Higón es una joven valenciana de 24 años que lleva desde los 12 entrando y saliendo de los hospitales. Muchos la conocen por el sobrenombre de ‘la joven de las siete enfermedades raras’ y a partir de este año, además, por ser la protagonista de la Falla Tres Forques titulada ‘Res és impossible’, (‘Nada es imposible’ en valenciano), todo un mantra en la vida de esta joven.

En una entrevista a Servimedia, Noah rememora cuando el artista Víctor Navarro contactó con ella para proponerle hacer un monumento fallero inspirado en su cuerpo y dar así visibilidad a las enfermedades raras: “Me propuso recrear una de mis fotos más conocidas en Instagram en la que poso con una especie de bikini hecho con el pijama del hospital y en la que se ven todas las cicatrices de mis intervenciones".

"Después se les ocurrió añadir un ancla que representa la fuerza que me agarra a la vida”, explica. El resultado es una figura de más de siete metros de altura rodeada de ninots, “unas figuras sacadas de las experiencias" que narra en sus libros y con las que reivindica “la falta de investigación" y hace "un homenaje al personal sanitario" que tanto le ha ayudado durante estos años.

EL FUEGO COMO TERAPIA

Las Fallas son un fiel reflejo de la sociedad. Por eso es lógico que en las fiestas josefinas de este año se exhiban ninots en sillas de ruedas, con una bomba de insulina o que algunas de las figuras centrales sean mujeres que muestran la huella de una enfermedad y representan la imagen de la discapacidad. Son fallas inclusivas que muestran realidades diferentes.

Este año algunas delegaciones falleras se han unido para poner en marcha una iniciativa que aspira a cumplir con las actuales exigencias de una sociedad diversa. Elisa Córdoba trabaja como técnica de las Unidades de Adaptación Documental de la ONCE en Valencia y asegura a Servimedia que “cada año llegan más peticiones para transcribir a braille el texto que explica la historia de cada falla”.

La experta comienza a recibir los primeros encargos hacia el mes de noviembre y para las actuales Fallas ha transcrito ya más de 60 textos. “Hago cuadernos pequeños y otros más grandes que se colocan sobre un atril para que sean más accesibles al público y nadie se quede sin conocer las historias tan ingeniosas que se cuentan en cada una de las fallas”, relata Elisa. Hay quienes dan un ‘pasito más’ hacia la plena inclusión y algunas fallas, como la de Cambro de Tavernes de la Valldigna, ofrecen la explicación y crítica de su historia a través de códigos QR, pictogramas y sistemas de audio.

Pero si hay un lenguaje común y universal ese el lenguaje del fuego. Los maestros falleros, el pueblo valenciano y quienes logran adentrarse en este enorme escenario que representa lo mejor y lo peor de esta sociedad comprenden el poder de las llamas. Cristina, la protagonista de la falla ‘Pit’ está preparada para ver arder la gigantesca figura que la representa. “Para mí el fuego es una terapia. Desde que me diagnosticaron el cáncer llevo a cuestas una mochila así que cuando quemen mi figura será como tirar esa mochila al fuego. Significa quemar todo lo malo y quedarme con lo bueno y lo bonito” asegura.

Algo muy parecido a lo que opina Noah y sus ‘siete enfermedades raras’ que encuentran ‘normal’ quemar el trabajo de los maestros falleros de todo un año, en una sola noche. “Me quedo con la metáfora de que al final los pacientes con enfermedades raras renacemos de nuestras cenizas cada día como el Ave Fénix y eso es un poco lo que pasará con esta falla”, relata. “Esta figura que me representa se quemará, pero mi historia y la de tantas otras personas con enfermedades raras seguirán y cada día tendremos que recomponernos de nuevo”. Se cumple así el espíritu de renovación de una de las noches más mágicas del año, la Cremà, en la que todas las fallas se convertirán en cenizas.

(SERVIMEDIA)
18 Mar 2023
AOA/pai