El fiscal pide 30 años de prisión ----------------------------------
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Mustafá Kot El Sanafwy, ciudadano egipcio definido por quienes le conocen como "una persona encantadora, musulmán ferviente y amante de la familia y los niños", declaró hoy ante el tribunal de la sección quinta de la Audiencia de Madrid que le juzgó por degollar a su esposa, embaazada de dos meses, el 13 de noviembre de 1990, que no recordaba nada de lo sucedido.
Mustafá, para el que el fiscal pide 30 años de reclusión por parricidio con delito de aborto, rectificó así sus primeras declaraciones efectuadas a las pocas horas de lo ocurrido en la comisaría de Móstoles, donde reconoció que había matado a Emilia Sánchez Domínguez, con la que apenas llevaba unos meses casado, para evitar que abortara.
El procesado relató ante la sala que los problemas con su mujer comenzaron ncluso antes de casarse, cuando ésta se quedó embarazada y decidió abortar "porque no quería casarse con barriga".
Poco después, en septiembre, Emilia le comunicó que estaba de nuevo encinta, pero que no iba a tener el niño para evitar que hubiera diferencia de trato con su otro hijo, Fernando, fruto de una relación anterior y con el que Mustafá se llevaba muy bien, según declararon la mayoría de los testigos.
Mustafá amenazó a su esposa con abandonarla y regresar a Egipto si decidía abortar, per ésta pasó por alto sus advertencias y concertó una cita con un ginecólogo para el 14 de noviembre.
Según el procesado, la noche anterior encontró en casa a su mujer, que como él trabajaba de camarera en un restaurante. Después de que ésta le repitiera que iba a abortar, se puso a ver la tele y se quedó dormido. Despertó al notar que le picaba una mano y vio que estaba herido y que su mujer tenía un cuchillo, todo en un estado "semiinconsciente".
"Luego me llevé al niño a dar un paseo, el aire medespertó y ví que tenía un cuchillo en la mano", continuó Mustafá, que acudió a casa de su hermano para contarle lo sucedido y entregarse a la policía.
UN PSICOPATA EXPLOSIVO
Lo que el procesado omitió es que asestó varias puñaladas a su mujer en el tórax, que atravesaron el pulmón y perforaron el hígado de la víctima, antes de darle dos cortes en el cuello que rajaron las carótidas y provocaron su muerte casi instantánea, según el informe del forense.
Fernando Rodríguez, padre del hijo de Emila, dijo que una semana antes del crimen su anterior compañera le había confesado que estaba harta de su marido y le quería dejar, pero tenía miedo porque le había amenazado de muerte, por lo que estaban preparando su huida a Portugal.
El abogado de Mustafá, que pidió una pena de 12 años por parricidio con la atenuante de arrepentimiento espontáneo y enajenación mental, insistió en que no hubo premeditación y que el procesado fue víctima de un trastorno mental que le impidió controlarse ante una situacón que consideraba insostenible, por su deseo de formar una familia y su fervor religioso.
No obstante, los psiquiatras manifestaron ante el tribunal que, aunque el acusado posee "una personalidad anormal, a veces psicótica explosiva", que le provoca reacciones de "cortocircuito" ante situaciones de estrés, no disminuye su capacidad volutiva y es "imputable de sus actos".
Varios amigos e incluso el hermano de Mustafá aseguraron que tenía un carácter introvertido y que cuando se enfadaba estaba vaios días sin comer, mientras que una amiga de la víctima afirmó con rotundidad que era "un fanático de su religión", que pertenecía a una secta muy conservadora denominada "los buenos musulmanes".
(SERVIMEDIA)
24 Feb 1992
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