Lo anunció él mismo en redes sociales con un mensaje acompañado de una carta más extensa con sus argumentos. "Tras la incomprensión suscitada en el espacio político, y con la intención expresa de no dañar a las organizaciones a las que tanto tiempo y energía he dedicado de mi vida, anuncio mi renuncia a incorporarme como tenía previsto", explicó en su mensaje sintético.

En su explicación extensa, Garzón reconoce que "la noticia era cierta, aunque faltaban algunos flecos por cerrar", y constata que "la decisión despertó un enorme revuelo en el ecosistema de izquierdas" y que "la impresión general" es que su fichaje por Acento "afectaría negativamente a las organizaciones del espacio político".

Por ejemplo, el excoordinador de IU Andalucía Antonio Maíllo, una persona muy respetada en la formación y en el conjunto de la izquierda, escribió anoche en redes sociales: "Lo de Alberto Garzón es una contradicción brutal, y una impugnación a la inicial trayectoria de aquel joven del 15M que nos encandiló a tantos".

Él, asegura, no quiere que esto ocurra "en su necesaria misión de lograr el mejor resultado posible en las futuras convocatorias electorales", y siempre ha "antepuesto el interés colectivo sobre el interés personal". "No obstante", añade, "la izquierda tiene que reflexionar sobre cómo trata a los hombres y las mujeres que dedican su tiempo, su energía y su vida" a los proyectos políticos. "La política es una trituradora de personas", lamenta, apuntando que la izquierda "no debería reproducir esas prácticas que expulsan a más gente de la que integran".

Garzón justifica su intención de unirse a Acento señalando que "podría asesorar a entidades de la sociedad civil en materias como la ecología, la economía, los retos del futuro y el análisis político y legislativo", y defiende a la dirección de la consultoría, diciendo que "se han portado magníficamente bien" con él y que para ellos "esta situación es particularmente injusta".

"La izquierda en la que yo creo es menos prejuiciosa e inquisitorial, es más heterodoxa y humana y, sobre todo, tiene una concepción del Estado y de la política donde lo importante no es el lucimiento personal en términos de pureza izquierdista, sino tener más influencia en todos los espacios posibles", argumenta. "Considero un error encerrarnos en nosotros y nosotras mismas, porque ocupar espacios es más importante que autorreivindicarnos".

El exlíder de IU, que dimitió formalmente del cargo el pasado 1 de diciembre, afirma que "es una buena noticia que haya personas de izquierdas desempeñando su trabajo en espacios de análisis, reflexión o prospección sobre el futuro complejo del planeta", y puntualiza que los gobiernos "también son espacios que no están exentos de contradicciones" cuando se forma parte de los mismos.

Garzón confiesa sentir "un punto de frustración", y desarrolla: "Duele que tras tantos años dejándome la salud por un proyecto colectivo, y empleando tantas horas en agotadoras disputas internas, sienta que las dinámicas tóxicas que nunca compartí todavía me persigan incluso ahora que estoy fuera de la

política formal". A partir de ahora, anuncia, seguirá con sus "otros planes profesionales" y advierte: "Reorganizaré mi vida pensando en mi familia, a quien más le debo, y en nuestro bienestar".