Mayores

La Generalitat de Cataluña destaca la importancia de contar con un movimiento asociativo de personas mayores “fuerte"

- "Necesitamos más Ceoma", apuntó Carles Campuzano

Barcelona
SERVIMEDIA

El consejero de Derechos Sociales de la Generalitat de Cataluña, Carles Campuzano, puso de manifiesto este jueves la necesidad de auspiciar un movimiento de asociaciones de personas mayores “fuerte” que permita compilar las principales demandas y necesidades de un segmento de la población “cada día más importante de nuestra sociedad”.

Lo dijo durante su intervención en la inauguración del undécimo Congreso Nacional de Organizaciones de Mayores, que se celebrará entre este jueves y mañana en Barcelona, un acto en el que también participaron la presidenta de Ceoma, Sabina Camacho; el director general del Imserso, Luis Alberto Barriga; el regidor de Infancia, Juventud, Mayores y Personas con Discapacidad en el Ayuntamiento de Barcelona, Joan Ramón Riera; y la Defensora del Pueblo de Cataluña, Esther Giménez-Salinas.

Carles Campuzano comentó la importancia de articular un movimiento asociativo de personas mayores “fuerte” con el objetivo de atender adecuadamente las necesidades de un segmento de la población “cada día más importante de nuestra sociedad”.

En ese sentido, exclamó que “necesitamos más Ceoma”, lo que, a su juicio, “no es fácil” y requerirá “más apoyo de las autoridades públicas”.

Campuzano explicó que su departamento remitió el año pasado más de 2.000 cartas felicitando a aquellas personas que en Cataluña cumplieron 100 años, una cifra que, auguró, se superará en 2023.

Esto le sirvió para recordar que recientemente acompañó al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, a Olot (Girona), para conocer y felicitar a María Branyas, la mujer más mayor del mundo, con 116 años. “Esta es la realidad que estamos afrontando”, arguyó.

Carles Campuzano comentó que la generación de personas nacidas en las décadas de 1930 y 1940 está anunciando “el fin de la mirada compasiva a las personas mayores” y la consolidación de una “mirada reivindicativa” de un segmento de la población que “será cada vez más numeroso”.

Ante esta situación, advirtió de que “la sociedad no está preparada para el cambio que se aproxima”, que representará un “reto enorme”, especialmente para la financiación del sistema de dependencia.

Por su parte, Sabina Camacho arguyó que las personas mayores representan actualmente el 20% de la población española, lo que permitió reseñar que las autoridades tengan presente la prestación de unos “cuidados humanizados” a este colectivo.

A su vez, Luis Alberto Barriga indicó que el Ministerio de Derechos Sociales aborda las políticas referidas a las personas mayores desde la perspectiva de los derechos, ya que “no se trata de proporcionar una atención paternalista, sino de garantizarlos y protegerlos”.

Desde su punto de vista, lo anterior es algo que “nos debe obsesionar a quienes trabajamos en el ámbito institucional”, puesto que “no es una cuestión de incrementos presupuestarios, sino de si éstos se traducen en mejoras en la calidad de vida”.

También aseveró que “ninguna administración ni opción política será capaz de hacer cambios sin la participación de la sociedad civil”, por lo que “el futuro será con las personas mayores o no será”.

Joan Ramón Riera Alemany celebró que Barcelona vuelva a acoger simposios de este tipo, ya que “a nadie se le escapa que en los últimos años en Cataluña se ha vivido una crisis política muy grave”. Vinculó el regreso de estos actos a la voluntad de “rehacer puentes” con organizaciones internacionales y del resto de España.

Tras este exordio, atestiguó que “la ciencia ha alargado la vejez, no la vida”, lo que le permitió proclamar que “nuestro reto es alargar la vida en el sentido más amplio de la palabra, con autonomía y plenitud”.

Asimismo, dijo que “hacerse mayores no es una mala noticia, sino un reto que debemos afrontar con mucha ilusión”, y propuso “relanzar” el Día Mundial de las Personas Mayores, que se celebra el 1 de octubre.

Por último, Esther Giménez-Salinas expuso que uno de los signos de “maltrato” de las administraciones a las personas mayores es la “falta de amabilidad”, a lo que sumó el edadismo, manifestando que “la edad no puede ser un criterio de limitación para las personas”.

(SERVIMEDIA)
20 Abr 2023
MST/gja