Un grupo de mujeres activistas de Médicos del Mundo Comunidad de Madrid realizó un baile al ritmo de una canción reivindicativa para desmontar los mitos y falsas creencias que contribuyen a perpetuar esta práctica. La letra está compuesta en cinco idiomas: wolof, bambara, fula, inglés y español.

Además, durante el evento se pudieron ver los trabajos de la exposición fotográfica ‘Mi lucha, nuestra lucha’, realizados por Camila Espinel y el grupo de mujeres activistas denominado #StopMutilación. La organización sanitaria se suma a la labor divulgativa e informativa con el objetivo de "ir desterrando del imaginario colectivo" aquellas creencias vinculadas a esta práctica de la mutilación genital femenina que se dan por ciertas pero que no lo son.

"Constituye una grave forma de violencia de género y una vulneración de los derechos humanos", explicó Médicos del Mundo, entidad que corroboró la existencia de diferentes "mitos y barreras de carácter cultural" profundamente conectadas con la manera de entender y las relaciones y la sexualidad.

Con este acto, las activistas de la ONG tratar de derribar los falsos mitos y creencias sobre la mutilación genital femenina. Uno de los principales es que la religión obliga a realizar esta práctica; nos obstante, ninguna religión exige practicar la mutilación genital femenina, según aseguró Médicos del Mundo.

Otra falsa creencia es que se practica en todos los países de África y exclusivamente en este continente. "Es una práctica culturalmente aceptada en algunas comunidades africanas, pero no se lleva a cabo en todo el continente. También hay comunidades practicantes en parte de Oriente Medio y Asia", señaló la organización, recordando que también "se realiza en comunidades indígenas de Latinoamérica".

En cuanto al mito de la higiene, desde Médicos del Mundo se advierte que puede provocar hemorragias, infecciones urinarias y vaginales por acumulación de sangre, fístulas, enfermedades como el tétanos, VIH o hepatitis, o incluso la muerte.

PRESIÓN SOCIAL Y RITUAL

Por otra parte, se contempla el factor social de la mutilación genital. Se considera que, "si la niña no tiene hecho el corte, será rechazada para el matrimonio, lo que implica que no podrá tener su futuro garantizado", deploró la entidad.

"Sin embargo, la presión familiar y el peso de la tradición se deben contrarrestar a la vista de las graves consecuencias para la salud, tanto inmediatas como a medio y largo plazo, que tiene la mutilación genital femenina para las niñas", argumentó Médicos del Mundo.

La cuestión cultural y ritual es otro factor que encierra falsos mitos, para la entidad. "Si una práctica es perjudicial para la salud y atenta contra los derechos fundamentales de mujeres y niñas se debe cambiar por otra que permita garantizar su bienestar". Propone que se celebren "ritos de iniciación que no incluyan la mutilación genital femenina".

Tampoco esta práctica puede equipararse con la circuncisión masculina, otra creencia extendida. "Ambas prácticas difieren considerablemente. La segunda no produce las mismas repercusiones negativas ni en la salud ni en la sexualidad del hombre".

Además, las mujeres con mutilación genital femenina no tienen más hijos, ya que "esta práctica no aumenta la fertilidad" y, sin embargo, las afectadas pueden tener partos complicados y existe un mayor riesgo de mortalidad neonatal. En ocasiones, las infecciones producidas por la mutilación "implican casos de infertilidad".

Sobre si se garantiza que la mujer sea fiel y llegue virgen al matrimonio practicando la mutilación genital, "la fidelidad no es una cuestión que dependa de tener clítoris o de no tenerlo", como aseguró la entidad.

La mutilación genital no previene los problemas de salud en los bebés y la transmisión de enfermedades en los hombres, como destacó Médicos del Mundo. "La mutilación genital femenina no es una práctica que prevenga los problemas en el nacimiento ni la transmisión de infecciones a sus parejas".

Por último, con la mutilación genital femenina no se consigue mayor placer para el hombre. Según la organización humanitaria, "el ser humano disfruta más cuando se encuentra con otra persona que también está disfrutando y se siente bien". "Sin embargo, la mujer que ha sufrido mutilación genital femenina tiene menos probabilidad de sentir placer", concluyó.