Leer con discapacidad

La literatura accesible ofrece recursos adaptados para facilitar el placer de leer a las personas con discapacidad

MADRID
SERVIMEDIA MALDITA.es

La lectura debe ser accesible a toda la sociedad para permitir el acceso al conocimiento a toda la ciudadanía en condiciones de igualdad. Así lo establece la ley 10/2007 de la lectura, del libro y de las bibliotecas. Esa ley también menciona que los planes de fomento de la lectura y los programas de apoyo a la industria del libro deben tener en cuenta las necesidades particulares de las personas con discapacidad. Para ello deben incluir acciones de promoción, difusión y normalización de formatos y métodos accesibles, como los soportes en alfabeto braille, los soportes sonoros, los soportes digitales o los sistemas de lectura fácil.

Disfrutar del viaje de la literatura debe ser algo al alcance de todos y ahora la tecnología ofrece nuevas herramientas digitales que lo posibilitan aún más. Por eso, quienes están pensando pedir a los Reyes Magos un libro deben tener en cuenta que existen diversas opciones y recursos para personas con discapacidad que los puedan necesitar.

LEER CON DISCAPACIDAD VISUAL

Para las personas con algún tipo de discapacidad visual, el uso de una u otra herramienta puede depender de su grado de agudeza visual y desde cuándo la persona viva con esa discapacidad. Entre las opciones a su alance están los libros electrónicos, en los que se pueda ampliar el tamaño de la letra, mejorar el contraste de color, el grosor de caracteres y la separación entre líneas para que sea más accesible para personas con visión limitada. Así lo sugiere por ejemplo Susana Peix, escritora y bibliotecaria especialista en accesibilidad universal y accesibilidad a la lectura. Esto también se puede hacer desde cualquier dispositivo móvil para poder ajustar colores y contrastes, recuerda Iria Aragunde, cofundadora de Ver Sin Límites Accesibilidad y del Proyecto Glirp.

Otras alternativas son libros electrónicos en braille; herramientas tecnológicas que pasan de texto a braille, como línea braille, un dispositivo electrónico que convierte a braille lo que haya en la pantalla de otro dispositivo al que esté conectado, como un ordenador; lectores de pantalla o tecnologías de voz, programas que permiten convertir textos a audio. Una opción gratuita es NVDA o también JAWS, sujeto a suscripción de pago y que utilizan habitualmente muchas personas afiliadas a la ONCE, como señala Jorge Gascón, experto en accesibilidad digital de la Unidad Responsable de Accesibilidad de la Universidad Miguel Hernández de Elche.

Para dispositivos móviles, se recomiendan los nativos de iOS (Voiceover) y de Android (TalkBack). También está LUP, una lupa inteligente de bolsillo que funciona en varios idiomas: solo hay que tomar una fotografía del texto y el dispositivo lo transforma en audio sin que sea necesaria conexión a internet. Además, cuenta con una versión móvil.

Entre otras opciones para leer con visión reducida, destacan los magnificadores, lupas o telelupas, dispositivos que aumentan el tamaño del texto, indicados para personas con baja visión. En el móvil, en el apartado de la configuración también hay herramientas de ampliación, y algunas aplicaciones también permiten hacerlo.

SERVICIO BIBLIOGRÁFICO DE LA ONCE

Una herramienta muy destacada es la adaptación bibliográfica de la ONCE. Las personas con discapacidad visual afiliadas a esta organización pueden pedir que les adapten cualquier libro a un formato que puedan leer. A la hora de atender las peticiones, priorizan libros que respondan a motivos educativos o laborales y, a partir de ahí, el ocio,según explica Carmen Bayarri, directora del servicio bibliográfico de la ONCE.

Para la adaptación a braille, Bayarri subraya que la evolución del software y de las impresoras ha hecho que esto sea mucho más rápido. ONCE también dispone desde 2008 de una biblioteca digital con 75.000 títulos para personas con ceguera a la que pueden acceder los afiliados desde cualquier sitio de España; para ello se necesita un ordenador, un móvil o una tablet.

Otra opción son los audiolibros, libros leídos en voz alta. La Biblioteca digital e-Biblio del Ministerio de Cultura tiene un gran catálogo; también existen otras plataformas, como Audible de Amazon. ONCE dispone de una aplicación de reproducción de audiolibros y de audiocuentos. Eso sí, Bayarri recuerda que no todo el mundo se ha adaptado a usar el móvil o el ordenador, y que hay personas que siguen utilizando el CD, así que es un formato que también ofrecen.

También cabe la posibilidad de leer en tándem. Aragunde cuenta que, más allá de las posibilidades tecnológicas, lo que mejor le funciona es leer de este modo: Glo Rodríguez, la otra mitad de Ver Sin Límites Accesibilidad (que no tiene discapacidad visual), lee en voz alta y ella escucha. “Es muy agradable y creo que también podría funcionar a más personas como un club de lectura”, recomienda.

Aragunde añade desde su experiencia personal que “los programas que pasan texto a voz son de mis tecnologías favoritas, además han evolucionado bastante para tener voces que suenen más o menos reales y no sintetizadas”. Por otro lado, “las lupas están bien para pequeños textos pero para un libro grande considero que son más un engorro; usé bastante tiempo una telelupa para poder consultar diccionarios y leer algunos textos, pero aún así me sigo quedando con el audio y el texto en tinta si el tamaño de letra es suficientemente grande”.

LEER CON SORDERA

Las personas con algún grado de discapacidad auditiva también pueden enfrentarse a retos a la hora de disfrutar de la lectura, y no siempre les vale con agarrar cualquier libro. “Las personas que usan la lengua de signos siguen una estructura completamente diferente a la oral, así que leer un libro no adaptado les supone un esfuerzo muy grande”, explica Peix. Por ejemplo, las frases subordinadas, los dobles sentidos o las metáforas pueden ser juegos de la lengua oral que se hacen complicados de entender para una persona sorda de nacimiento que solo conoce la lengua de signos.

Aunque la lengua de signos tiene un impacto favorable en el hábito lector para los jóvenes con sordera, como concluyó el estudio La percepción de las personas sordas sobre la lectura: una mirada a la adolescencia de la Fundación CNSE (Confederación Estatal De Personas Sordas), la Universidad Autónoma de Madrid y la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, hay una “escasez de materiales y espacios adaptados a las necesidades comunicativas de las personas sordas”, según explica Concha Díaz Robledo, directora general de la Fundación CNSE.

La tecnología ha proporcionado nuevos soportes para que se pueda contar la literatura con “una lengua eminentemente visual como es la lengua de signos”, describe Díaz. Algunas posibilidades son la Biblioteca virtual de la Fundación CNSE, que tiene traducidos a la lengua de signos española cuentos infantiles y obras como 'La Celestina', 'El Lazarillo de Tormes', los poemas de Miguel Hernández o 'Bodas de Sangre'.

La aplicación TeCuento (web y app) funciona de manera similar a un lector de libros digitales, pero en este caso su interfaz permite la visualización de vídeos en lengua de signos. Hay títulos como 'Platero y yo', 'El Ángel Caído' o 'La Reina de los mares', traducidos a la lengua de signos española, con voz y subtitulado. Además, la aplicación permite crear y compartir relatos de creación propia entre sus usuarias y usuarios, indica Díaz.

Mi baúl en lengua de signos, también de la Fundación CNSE, es una recopilación de cuentos y canciones en lengua de signos recogidas de internet por las que se puede navegar libremente e incluso organizar una biblioteca propia añadiendo nuevos cuentos. También están alternativas de libros adaptados, como los libros de Carambuco ediciones, que incluyen un código QR con el audiovisual en lengua de signos española. Y finalmente VideolibrosenSeñas, una biblioteca virtual que ofrece varios títulos interpretados en lenguaje de signos centrada en literatura infantil.

A nivel físico, personas con discapacidades motoras o limitación de movimiento, por ejemplo una persona que haya sufrido un ictus, se enfrentan a situaciones como no poder pasar las páginas de un libro. Gracias a la tecnología también existen recursos.

En soportes digitales, se pueden utilizar lectores oculares, dispositivos de seguimiento ocular o eye-trackers para controlar los dispositivos y, por ejemplo, pasar las páginas con el movimiento de los ojos. Para ello, habría que configurar el dispositivo para que funcione por ejemplo en un iPad.

Hay otros dispositivos, como los joysticks y los pulsadores, que también facilitan el uso de tablets y ordenadores para leer. iPad también cuenta con opciones como AssistiveTouch para personas con dificultades para tocar la pantalla o pulsar los botones. Configurarlo puede simplificar los movimientos que hay que hacer para acciones como abrir una biblioteca digital, elegir un libro y pasar las páginas. Por último, aplicaciones como Voicebook, creada por la asociación Di-Capacitados. Se trata de un lector de libros digital que se utiliza con comandos de voz sin necesidad de contacto físico.

LEER CON DISCAPACIDAD COGNITIVA

Para facilitar el acceso a la lectura de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, Gascón destaca la lectura fácil, una forma de crear documentos que son más fáciles de entender. Peix señala que este tipo de opción también ayuda a personas sordas, personas con algún trastorno del aprendizaje, como dislexia, o personas que no conocen bien el idioma.

Existen muchos libros adaptados, tanto en soporte físico como digital, como la Biblioteca de lectura fácil de Plena Inclusión, que cuenta con una colección de literatura, recopilatorios de poesía, cuentos y obras como 'El niño con el pijama de rayas', 'El principito' o 'Don Quijote de la Mancha'. En DOWN ESPAÑA tienen esta Guía de Bibliotecas Accesibles y Plena inclusión tiene su propia web dedicada a publicar noticias y otros contenidos en lectura fácil, con todas las garantías de accesibilidad al estar avaladas por personas con esta misma discapacidad.

(SERVIMEDIA)
31 Dic 2023
PAI