Marlaska hizo esa consideración al inaugurar el XVII Foro Internacional contra la Violencia Vial y III Conversatorio Iberoamericano sobre Unidades de Atención Integral a Víctimas Viales, que se celebra hoy en la sede de la Fundación Mapfre, en Madrid.

“Estamos con preocupación por las últimas que estamos viendo de siniestralidad vial como consecuencia de la pandemia, la pospandemia y qué nos está pasando como sociedad. Tenemos que incrementar nuestras políticas de seguridad vial. No hay justificación alguna en la pandemia para las políticas públicas”, comentó.

No en vano, un total de 855 personas perdieron la vida en las carreteras españolas en los nueve primeros meses de este año, lo que supone la cifra más alta del último cuatrienio y retroceder a niveles de siniestralidad anteriores a la pandemia de la covid-19.

Se trata de un 13,7% más respecto a las 752 víctimas mortales entre enero y septiembre del año pasado y un 6,2% más respecto a ese periodo de 2019, año tomado como referencia por la DGT debido a que la pandemia del coronavirus distorsiona la serie histórica, que empieza en 1960.

Marlaska comentó que “los siniestros viales son uno de los más graves problemas de salud pública” y que la “inmensa mayoría” no son “casuales y fortuitos”, sino “provocados por una conducción agresiva o despistada, con la voluntaria decisión de infringir las normas de circulación o por haber ingerido alcohol o sustancias estupefacientes antes de conducir”.

“Es enorme la casuística que rodea a los siniestros viales y de todos ellos puede concluirse que no son consecuencia de la casualidad o de la fatalidad, todos ellos son evitables. Eso es la violencia vial, la primera causa de violenta en el mundo porque provoca más víctimas y familias damnificadas que incluso las mismas guerras”, apostilló.

PROGRESOS

No obstante, Marlaska destacó que España ha progresado “mucho” en casi dos décadas, puesto que en 2004 fallecieron 4.741 personas en siniestros de tráfico, lo que supuso una tasa de 128 fallecidos por cada millón de habitantes. Esas cifras bajaron el año pasado a 1.533 muertos y una tasa de 32 víctimas mortales por cada millón de residentes.

“La violencia vial es la primera causa de muerte violenta en España y, por eso, en el Ministerio del interior asumimos la lucha contra esta lacra como una obligación cívica, ética y también política. En eso estamos”, señaló.

Marlaska abogó por “incrementar” las políticas de seguridad vial con medidas como, por ejemplo, la limitación a 30 km/h en las calles de un solo sentido o un carril único de circulación, en vigor en España desde mayo del año pasado, que ha contribuido a que la cifra de víctimas mortales en vías urbanas bajara un 20% en 2021 con respecto a 2019.

“No vamos a conformarnos, va a seguir trabajando para reducir esas dramáticas cifras porque siempre hay margen de mejora. La movilidad segura y sostenible es una valor por el que merece la pena apostar”, apostilló.

“NO TOLERABLE”

Por otro lado, el fiscal de sala de Seguridad Vial, Luis del Río, indicó que el año pasado hubo un incremento de los delitos viales en España y en lo que va de 2022 también.

El presidente de la Fundación Mapfre, Antonio Huerta, consideró “no tolerable” que en la salida de la pandemia “haya más accidentes” de tráfico, quizá debido a “más distracciones o más velocidad”.

La vicepresidenta de Stop Accidentes, Gema Sánchez Perea, indicó que esta asociación persigue “el reto de cero víctimas en el tráfico para reducir la violencia vial y sus trágicas consecuencias”. “Los siniestros viales siguen siendo uno de los más graves problemas de salud pública y repercuten en el desarrollo social y en la economía de los países”, añadió.

Por último, la presidenta de la Asociación Iberoamericana de Víctima contra la Violencia Vial (Ficvi), Jeanne Picard, afirmó que “los siniestros de tránsito se pueden evitar”. “Necesitamos ir más allá de las emergencias, hablar del día después cuando sentimos dolor, soledad, silencios, ausencia, impotencia, rabia, indignación, desamparo, impunidad, injusticia, desesperación, angustia, depresión, todo eso que llaman ser víctima. Porque ser víctima no se supera, solo se aprende a vivir de nuevo”, concluyó.