Las víctimas, W.P. Van Haren, de 34 años, y Von Van Haren, de 31, sufrieron el accidente hacia las dos de la tarde, cuando habían saltado en paracaídas desde una altura de 4.000 metros.

Antes de superar los últimos 40 metros que le faltaban para alcanzar el suelo, los paracaídas de ambos, que se encontraban a muy escasa distancia, se enroscaron y como consecuencia del roce se plegaron, precipitándose contra el suelo.

Según un informe realizado por el aeródromo en el que los fallcidos practicaban este deporte, el material utilizado ayer para lanzarse al vacío estaba en perfectas condiciones y las condiciones metereológicas eran favorables.

El mismo informe indica que el accidente ocurrió porque los dos paracaidistas no advirtieron que estaban demasiado cerca uno del otro durante la maniobras de aproximación a tierra. Al parecer, se trataba de dos deportistas experimentados y cada uno de ellos había realizado al menos 500 saltos de las mismas características.

Tras la caíd, sus cuerpos fueron trasladados al Hospital Comarcal de Figueres (Gerona), aunque ya ingresaron cadáveres.