Aquel programa daba respuesta a varios retos: desarrollar un programa intergeneracional, ofrecer una alternativa realista de ciudadanía y participación activa de las personas mayores, y una propuesta de prevención de riesgos asociados al consumo de drogas, uno de los principales problemas de salud pública del país. El novedoso programa fue financiado varios años por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas.

El programa se basaba en aprovechar el potencial de las personas mayores en general, y los abuelos en particular, para influir, en un sentido positivo, sobre sus nietos, y dotar a las personas mayores de algunas herramientas y conocimientos para que centren esa influencia en el ámbito de las adicciones, ya sea en los consumos de drogas o en comportamientos adictivos sin sustancia.

Para ello es imprescindible tener una visión de las personas mayores como ciudadanos activos e integrados. Frente a la imagen centrada en problemas, inactividad, vida sedentaria, gasto, vulnerabilidad y marginalidad, se proponía difundir una imagen fundamentada en su participación social, actividad, aporte a la sociedad, experiencia y ciudadanía activa.

Se desarrollaron talleres en Madrid, Castilla La Mancha, Castilla y León y Aragón, y en el segundo año, en plena pandemia, los talleres fueron 'online'. Durante ese segundo año, organizaciones de América Latina se pusieron en contacto con Lares mostrando el deseo de participar en el proyecto y se firmaron acuerdos de colaboración con organizaciones de Argentina, Colombia, Panamá y Uruguay. Fruto de estos contactos surgió la idea de constituir una red que permita encontrar sinergias y apoyo mutuo.

Entre los pasados días 30 de mayo y 2 de junio de este año se celebró en Madrid, en la sede del Imserso, se celebró un encuentro internacional con la previsión de firmar el acta fundacional de la Riamp, aprobar sus Estatutos y elegir la primera Junta Directiva. A finales de junio ya se habían recibido peticiones de una decena de organizaciones de varios países interesadas en incorporarse.

Frente a la propuesta de organizaciones sociales que ponen el foco sobre los problemas, la Riamp nace "con la mirada puesta en las propuestas de soluciones, y más concretamente fomentar la participación activa de las personas mayores como agentes de salud que pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de las sociedades en las que viven", una iniciativa enmarcada tanto en la década de envejecimiento activo y saludable declarada por Naciones Unidas, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La Junta Directiva electa en la primera Asamblea de la Riamp está compuesta por Juan Ignacio Vela Caudevilla como presidente, Javier Martín Nieto y Maritza Brizuela Fernández. La nueva organización ya ha presentado toda la documentación en el Registro Nacional de Asociaciones.

DOCUMENTO MARCO

La Riamp y las organizaciones y personas que la componen están "firmemente comprometidas" con el Plan para la Década del Envejecimiento Saludable 2020-2030 decretado por Naciones Unidas, cuyo eje son las personas mayores. Están, además, "convencidas del potencial de los adultos mayores para convertirse en referentes de salud y en agente preventivos eficaces que favorezcan las prácticas de vida saludable".

En una primera fase, explican, sus objetivos se centrarán "en la promoción de las personas mayores como agentes preventivos en materia de problemas asociados al consumo de drogas, tanto legales como ilegales, y en los riesgos de conductas adictivas no ligadas al consumo de sustancias, como la ludopatía". En fases posteriores los objetivos preventivos se ampliarán a otras cuestiones como la nutrición, la violencia, el sufrimiento social, la marginación, la discriminación, o la exclusión social.

"Nuestra mirada se fundamente en un principio fundamental, ni los derechos ni la ciudadanía caducan. Y eso implica que cualquier edad es buena para participar en las cuestiones sociales, culturales, políticas, económicas o deportivas. Únicamente es necesario adecuar la participación a las características de las personas mayores", explican.

Alertan, además, de que en la actualidad hay más de mil millones de personas en el mundo que tienen 60 años o más, la mayoría de ellas en países de ingresos bajos y medianos. "Muchas de esas personas no tienen siquiera acceso a los recursos básicos necesarios para una vida plena y digna. Muchas otras se enfrentan a numerosos obstáculos que les impiden participar plenamente en la sociedad. El reto es enorme, pero el potencial es aún mayor", concluyen.