Así lo aseguró en la rueda de prensa que protagonizó en la sede del arzobispado en la capital Española, en la que estuvo con el arzobispo saliente, el cardenal Carlos Osoro, y del obispo auxiliar Jesús Vidal, pocos minutos después de que la Santa Sede confirmara el “secreto a voces” de su nombramiento, como él mismo reconoció, tras filtrarse en los últimos días la noticia a pesar del secreto pontificio.

Entre los retos que se propone, indicó a la prensa congregada en la sede arzobispal, está “escuchar y crear equipos de trabajo para abordar el próximo curso”. “En esta etapa hay tres palabras que nos van a acompañar a la Iglesia: participación, comunión y misión”, dijo.

“Me subo en un tren en marcha, no vengo a innovar nada, empezó en el Concilio Vaticano II y la diócesis lo ha ido rumiando a través de sus obispos”, remarcó a la par que agradeció a su “maestro”, Carlos Osoro, con quien incluso se unió más al tener que pasar juntos la pandemia.

SERVICIO

“Ser obispo no es una dignidad, sino un servicio donde pones tu vida. Yo he aprendido que los obispos somos buena gente”, prosiguió. José Cobo, de 57 años y originario de Sabiote (Jaén), también subrayó que ha crecido como creyente y como sacerdote en la diócesis de Madrid y que una postura “que es muy de la Iglesia” es “estar al pie de la cruz", en las periferias y con las personas pobres y vulnerables.

“No es un carisma especial, es una nota evangélica que nos ha marcado a todos. La mirada de los más pobres siempre me ha despertado”, remarcó recordando su colaboración juvenil en Proyecto Hombre en el barrio madrileño de Usera.

TOMA DE POSESIÓN

Según confirmó el Arzobispado de Madrid, la toma de posesión de Cobo está prevista para el próximo 8 de julio a las 11 de la mañana en la catedral de La Almudena. Días antes tendrá lugar la despedida de Osoro, que será el 24 de junio a partir de las 12 del mediodía en el mismo templo.

“Me siento como las novias y los novios ante la boda. A uno le entra vértigo por la inmensidad de lo que significa el matrimonio, pero cuando está enamorado, estas cosas se hacen más fáciles. Yo me encuentro enamorado del Señor, de la misión que el Señor me encomienda y de la Iglesia madre”, expuso, reconociendo también “cierto vértigo” y “responsabilidad” por la nueva etapa que comienza.

En respuesta a los periodistas, el cardenal Osoro trasladó su “agradecimiento” por haber estado al frente de la iglesia madrileña, aunque se definió como “obispo itinerante”, ya que ha sido obispo en Orense, Oviedo, Valencia y Madrid.

“He querido dar mi vida y he sido muy feliz” aseguró. “Para mí la Iglesia no es una palabra más, es mi vida, mi pasíon. Es aceptar el reto de Jesús”, dijo. Ya como arzobispo emérito, el cardenal se dedicará a “rezar” en un apartamento del arzobispado junto al Palacio Real, “cerca del Niño del Remedio”, “a descansar” y a escribir, “en obediencia absoluta y total al nuevo arzobispo”.

Cobo también le dedicó palabras de cariño a su predecesor, de quien dijo que le ha enseñado a “mirar con misericordia, aunque le complique la vida”. “Que sea feliz, que disfrute de un tiempo que merece”, añadió, pero dejando la puerta a contar con su experiencia. “En Madrid no sobra nadie”, aseguró el nuevo arzobispo.