Así lo dijo en declaraciones a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) tras producirse el terremoto que ha asolado varias regiones de Siria y Turquía.

Según detalló la fundación en un comunicado, el terremoto se ha sentido hasta Homs, la tercera ciudad más grande de Siria, aunque aquí no se han producido grandes destrozos como en Alepo. Según monseñor Arbach, “en 30 segundos ha cambiado totalmente la vida de miles de personas”.

“La situación de la población es de absoluta desesperación y angustia. Hay personas vagando por las calles sin saber dónde ir y buscando desesperadamente a familiares y amigos. Hay muchísimamente gente perdida y desaparecida”, aseguró.

Monseñor Arbach recordó que este terremoto es la puntilla a “una situación extrema” que se vive en Siria, donde la población cada día lucha por la supervivencia para conseguir alimentos de primera necesidad y medicamentos. Según la OMS, el 90% de la población siria vive bajo el umbral de la pobreza, por lo que esta catástrofe natural va a afectar todavía más a las familias.

El presidente de Cáritas Siria pidió “ayuda urgente” para socorrer a la población que se ha quedado de la noche a la mañana sin hogar. “Además de la falta de comida y del durísimo invierno, del frío y de la nieve. Ahora la gente se va a encontrar sin un techo, con su casa destruida por el terremoto”, lamentó, “por lo que lo más urgente es comida y medicina”.

En las ciudades como Hama, Alepo, Yabrud o la zona de Latakia “hay una verdadera angustia ante lo que ha pasado. Este terremoto va a provocar una desesperación todavía mayor que la que existía”.

Monseñor Arbach pidió también "muchas oraciones para estar fuertes y ayudar a la población, estar con ellos”, y reiteró que “ojalá este terremoto sea una señal para todos los líderes el mundo que sólo están preocupados en los beneficios económicos y en el poder político para que se dirijan hacia Siria y la ayuden de una vez porque la población está agonizando”.