Este fue el único pacto que salió del encuentro que ambos celebraron en el Palacio de la Moncloa tras la investidura de Pérez Llorca. La entrevista se prolongó una hora y Llorca salió desencantado por la falta de avances en materias como la financiación autonómica o la gestión del agua, como reconoció en una rueda de prensa posterior.

El presidente valenciano saludó la creación de la comisión mixta, que se pondrá en marcha tras las Navidades, aunque subrayó que “se tendría que haber puesto en marcha hace tiempo”, como denunció ante los medios de comunicación.

No se lo trasladó así a Sánchez, pero sí emplazó al ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, a que explique “por qué” el Ejecutivo “ha tardado tanto”. Y el ministro replicó que hasta ahora había existido una “falta de lealtad” que espera que Llorca “corrija”.

Torres será, previsiblemente, el interlocutor del Gobierno en la comisión mixta, mientras que la Generalitat Valenciana estará representada por su vicepresidente tercero, Vicente Martínez Mus. Según el ministro, estarán también “todos los ayuntamientos”.

Más allá de este acercamiento, Llorca no escondió su desazón. “¿Es un avance? Sí. ¿Ese avance es satisfactorio? Yo creo que no”, verbalizó tras denunciar que no se han acercado posturas sobre “los graves problemas que tiene la Comunidad Valenciana”. Uno de ellos es, precisamente, la ejecución de obras para prevenir que se repitan las riadas del 29 de octubre de 2024.

OBRAS

Llorca quiso ser “elegante” hasta ver cómo arranca la comisión mixta para la reconstrucción. Pero advirtió al Gobierno de que acudirá a los tribunales si no las “acelera” y la comisión mixta, en vez de ser “efectiva” y “real”, queda atrapada en “un entramado burocrático” que ponga en riesgo “la seguridad de las personas” y que prolongue la “sensación de miedo” que los valencianos volvieron a experimentar con la alerta roja de este pasado fin de semana ante la posibilidad de revivir la catástrofe.

“Esa sensación de miedo y de temor la tenemos que corregir, y la única forma de corregirla es haciendo las obras”, señaló. “Si hay que exigir por la vía judicial que se ejecuten obras que garanticen la seguridad de las personas, pues se tendrá que ir a esa vía. Pero oigan, también voy a ser yo hoy elegante. Empezamos con la Comisión Mixta… Vamos a ver cómo evoluciona”.

Llorca sugirió a Sánchez “buscar modificaciones legales o tramitaciones urgentes para que esas obras se hagan lo antes posible” para desencallar las actuaciones que van “muy retrasadas” y que son de “una necesidad imperiosa”. Así, insistió en que “si vuelve a llover una cantidad similar a la que pasó el día de la dana”, l’Horta Sud estará “en la misma situación de riesgo”, por lo que urge acudir al procedimiento de urgencia.

Llorca rehusó en todo momento hablar de un posible deshielo en las relaciones con el Gobierno. Por el contrario, señaló que un “punto de inflexión” sería que el Ejecutivo central transfiriese a la Generalitat Valenciana un fondo de 2.500 millones de euros a fondo perdido para ayudar a las víctimas de la tragedia. Un “gesto”, añadió, que ayudaría a acabar con “la sensación” de que a los valencianos se les “castiga” porque su gobierno es del PP. Sin embargo, dio por hecho que no llegará.

FINANCIACIÓN

En el “poco tiempo” que, según Llorca, habló con Sánchez, no hubo tampoco avances en lo que se refiere a la financiación autonómica. El presidente del Gobierno le confirmó que en enero tenderá a las comunidades autónomas una propuesta para reformar el sistema de financiación autonómica, aunque no le concretó ningún detalle.

El dirigente valenciano, por su parte, se mostró dispuesto a estudiarla, pero le reclamó que, hasta entonces, ordene al PSPV que vuelva al consenso por la financiación valenciana y apruebe un fondo de nivelación para compensar la infrafinanciación de la comunidad que, según Llorca, supone el 80% de su deuda.

Sánchez le planteó entonces su propuesta para la quita de la deuda autonómica. Pero Llorca expresó su disconformidad porque, “tal y como” está planteada, “sería como aceptar la pedrea cuando el otro está ganando el premio de la lotería”, en referencia a Cataluña. El presidente valenciano descartó avanzar si aceptará la condonación en el caso de que finalmente se apruebe, alegando que no quiere hablar de “futuribles” cuando hay “muchas dudas” de que siquiera pueda aprobarse.

El Gobierno, por su parte, censuró la política fiscal de las comunidades gobernadas por el PP, y remarcó que la oposición tumbó un objetivo de déficit que hubiera dado a la Comunidad Valenciana 500 millones de euros más de margen fiscal.

AGUA, VIVIENDA E INFRAESTRUCTURAS

Sánchez y Llorca discreparon también con la gestión del agua. El presidente valenciano le trasladó la “necesidad imperiosa de continuar garantizando el trasvase Tajo-Segura” y de crear una comisión técnica del agua, pero observó “poca voluntad de diálogo”. Torres, por su parte, apostó por la desalación y emplazó al presidente valenciano a sumarse al pacto de Estado por la lucha contra el cambio climático.

En lo que respecta a la vivienda, Llorca le reclamó que baje el IVA de la adquisición de obra nueva del 10 al 4% y le ofreció integrar al Gobierno central en el Plan Vive autonómico. Sánchez le remitió a una reunión con la ministra del ramo, Isabel Rodríguez, para hablar de estos asuntos y de la ley de vivienda del PSOE.

Respecto a infraestructuras, ambos discreparon en los avances del corredor mediterráneo. Por último, Llorca le reclamó más ayudas para el sector azulejero, más control en aduanas para impedir la entrada de productos ilegales en el sector del juguete y del textil, y que rechace la nueva Política Agraria Común (PAC) por la reducción de las ayudas al sector primario español.

Antes de irse del Palacio de la Moncloa, Llorca dejó en la mesa de Sánchez un documento con "100 acciones" para que Gobierno central y autonómico avancen "juntos".