La muestra está abierta al público en la Asociación Cultural Ricercare, donde pueden apreciarse los trabajos de Detrell, marcados pr un estilo "naif", fruto de su carácter infantil y optimista.

Nacido en México D.F. hace cuarenta años, Detrell se quedó ciego a los nueve años como consecuencia de una atrofia en el nervio óptico, pero su afición por el arte le empujó a dibujar primero y a esculpir después.

El crítico mejicano Alaido Foppa describe su obra como un alarde de voluntad: "La mano obedece misteriosamente al recuerdo, al corazón, al impulso de tener que decir algo que no se dice con palabras, y este impulso logra suprar la más cruel de las limitaciones".

La noticia de que el artista se ha visto relegado hace poco a una silla de ruedas impulsó a la ONCE a promover esta muestra, y el dinero que se recaude con la venta de sus esculturas servirá para contribuir al sostenimiento de Detrell, que carece de otros medios de vida.