En un comunicado, Asescon hizo un “llamamiento” a las distintas administraciones públicas con competencia en materia de inspección de Consumo para que realicen un control con el fin de “evitar” la comercialización de artículos que presenten un “riesgo” de asfixia o “que no cumplen los requisitos legales en cuanto a inflamabilidad, implicando riesgos de quemaduras” y defendió que, de este modo, “se evitarían problemas con artículos no seguros retirados otros años”.

Junto a ello, advirtió de la importancia de adquirir productos “de calidad” y recordó que “en reiteradas ocasiones” se han retirado elementos de este tipo “por no cumplir con la normativa de seguridad y etiquetado”.

En este sentido, hizo hincapié en que los disfraces para menores de 14 años se consideran juguetes y, entre otras cuestiones, deben tener la marca CE que garantice que los tejidos “tienen una combustión lenta” o advertir la existencia de piezas “pequeñas o peligrosas”.

Además, recomendó comprar en establecimientos “especializados” y “evitar” la venta ambulante ilegal, al tiempo que solicitó a las administraciones públicas que “extremen” los controles sobre esta actividad para “evitar” que se produzca con el “potencial peligro” que, a su juicio, implica desde el punto de vista de la salud de los consumidores y por la “competencia desleal” que supone respecto a las actividades “legalmente establecidas”.

En paralelo, demandó que también se “controle” la “posible” venta de alcohol a menores de edad “incumpliendo la normativa legal vigente” y con el “peligro” que conlleva “esa situación” y urgió a imponer “sanciones contundentes hacia quien practique estas prácticas irregulares”.

Por último, sugirió recurrir al reciclaje para diseñar los disfraces, convencida de que reciclar “no es sólo la opción más barata y responsable, sino también la más divertida” y “una manera entretenida” de enseñar a los más pequeños a “hacer un consumo responsable”.

OCU

En la misma línea, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lanzó una serie de recomendaciones para disfrutar del carnaval “sin riesgos” y abogó por “priorizar” las compras en tiendas especializadas en disfraces frente a las webs de Internet, en las que, lamentó, “hay menos controles”.

Además, emplazó a los consumidores a comprobar que el etiquetado incluye la dirección del fabricante y estimó que “no es mala idea confeccionar uno mismo un disfraz”. “Es más sostenible y permite reaprovechar la ropa”, apostilló.

Entre sus recomendaciones, también destacó la importancia de no usar el maquillaje en menores de tres años, así como tampoco esmaltes para las uñas. Entre los ingredientes, advirtió de que “conviene evitar” los perfumes y fragancias, así como los parabenos, el Methylisothiazolinone y otros conservantes como el BHA y el BHT, y aseveró que “afirmaciones como hipoalergénico o testado dermatológicamente no garantizan nada".

Con relación a los disfraces, si son para un niño juzgó “preferible que no lleven la cabeza cubierta” por el riesgo de asfixia, pero también porque si se produce inflamabilidad “es más peligrosa”.

Por último, afirmó que “no es recomendable” adquirir lentillas de fantasía por Internet, en bazares o tiendas de disfraces, y emplazó a comprarlas “sólo en una óptica, donde un profesional supervise la venta y garantice que no se pone en riesgo la salud de los ojos”.