El partido, la undécima edición de este evento solidario, fue arbitrado por Carlos Megía Dávila y midió de inicio al Real Madrid de Casillas, Karembeu, Arbeloa, Iván Campo, Roberto Carlos, Zidane, Solari, Seedorf, Luis Figo, Morientes y Raúl, que ejerció de capitán, y a los que se unieron Luis Milla, Raúl Bravo, Esteban Granero, Buyo, Contreras, Pavón, Fernando Sanz, McManaman, Amavisca, Martín Vázquez, Butragueño, Alfonso o Baptista, dirigidos por Camacho y Stielike.

Enfrente, el Porto de Vítor Baía, Joao Pinto, Bruno Alves, R. Costa, Marek Cech, P. AssunÇao, Rui Barros, Costinha, Diego, Derlei y Bosingwa, capitaneados por Baía y con C. Secretário como entrenador.

Al término del encuentro, en declaraciones a Real Madrid TV recogidas por Servimedia, el goleador Diego dio la “enhorabuena” al Real Madrid por la organización de un partido “muy especial” que respondía a una “causa muy noble”, por lo que aseveró que participar en él ha sido “un placer”.

En la misma línea, Zinedine Zidane, uno de los jugadores más aclamados del partido, admitió que “cada vez” que pisa el Bernabéu “es un lujo y un honor”, máxime en “un día muy importante para todas estas familias y esta gente que lucha todos los días para mejorar”, lo cual, a su entender, “es lo difícil”, por lo que juzgó “necesarios” eventos como el de este sábado.

A este respecto, el exjugador blanco y actual director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, Emilio Butragueño, consideró “una pena” el resultado final, dado que el equipo, a su juicio, tuvo “ocasiones y no merecía perder”, si bien tildó de “muy gratificante” la experiencia y quiso trasladar su “agradecimiento a todos los que han acudido” a disfrutar de este clásico, consciente de que “ha sido una maravilla ver el estadio y verlo desde el campo”.

“En la grada, al igual que en el campo, hemos tenido a varias generaciones y seguro que los papás y los abuelos les habrán contado a los nietos y a los hijos quiénes eran algunos de los que estaban en el campo”, agregó, convencido de que “para eso sirve el fútbol también, para unir a distintas generaciones, y como punto de encuentro para fortalecer los lazos familiares y también por supuesto entre amigos”.

Junto a ello, destacó la “maravillosa” obra social que desarrolla la Fundación del Real Madrid y, tras mostrarse “súper agradecido y muy muy contento de haber participado” en el choque, también tuvo un recuerdo para el recientemente fallecido Miguel Ángel González, el “gran portero” blanco que murió en febrero con esta enfermedad, así como para su compañero del Castilla Paco Pérez Durán, que también la padece.

“Lo tenemos muy cerca y, dentro de lo posible, se trata de concienciar a la gente de que, entre todos, vamos a intentar mejorar la vida de estos enfermos y ojalá que a través de la investigación se consiga una solución para poder prolongar la vida de estos enfermos que, lógicamente, se lo merecen”, resolvió.

En el partido también estuvo presente la presidenta de la Fundación Luzón, María José Arregui, quien admitió que para la entidad a la que representa fue “muy emocionante ver a todos unidos contra la ELA en un estadio como el Bernabéu y juntando a tal magnitud de personas bajo una misma causa”.

“Es un ejemplo, este tipo de encuentros ponen encima de la mesa de la sociedad lo que se puede hacer por causas justas, reconocidas así por toda la sociedad”, añadió, para explicar que la fundación que preside nació con los objetivos de “visibilizar la enfermedad, conseguir calidad de vida para el enfermo e investigar”.

En este contexto, afirmó que, “con el paso de los años”, ha “conseguido visibilizar” la enfermedad y que eventos como el de este sábado “son un ejemplo magnífico de lo que es esta visibilización y fomenta esa visibilización”.

Junto a ello, recordó que está “trabajando para conseguir una ley que, al menos, reconozca las necesidades que tiene el enfermo de ELA”. “Sobre todo, lo que esa ley debe reflejar es la existencia de cuidados expertos en domicilio”, añadió, para indicar entre sus objetivos también la investigación, que, dijo, “ya está pasando a un primer plano, porque la ley supone el presente, pero la investigación supone el futuro”.

De cara a ese futuro, reconoció que enfermos y familiares desean “encontrar una cura y, si no es una cura, por lo menos una ralentización del proceso de la enfermedad”, reto en torno al cual estimó que “ya parece que se vislumbra un poquito de luz”.