Día de la Música

13 personas con discapacidad forman 'los chicos del coro’ de la banda musical inclusiva Clams

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Madrid
SERVIMEDIA

Clams es una banda formada por músicos de la escena independiente de Barcelona y por un coro compuesto por personas con discapacidad intelectual. María Giurgila tiene una parálisis cerebral de nacimiento y lleva nueve años sobre los escenarios. Asegura que es “algo maravilloso y único poder cantar con músicos que no tienen discapacidad”.

Este grupo de pop-rock inclusivo es el resultado del proyecto educuativo 'Música por la inclusión', que en 2013 ideó el maestro de un coro de la escuela Mare de Déu de Montserrat en Barcelona. El artífice de esta inciativa era Arturo Fernández, Turu, que en la actualidad es el director técnico de la banda Clams y su vocalista.

“Soy psicopedagogo y maestro de educación especial, así que se me ocurrió unir mis dos pasiones, el mundo de las necesidades educativas especiales y el de la música”, explica en una entrevista a Servimedia. “El puntazo fue la reacción de los músicos”. “Ellos me dijeron: ‘bueno, si tú lo ves’. Y a partir de ese momento empezamos a ensayar”. “Al principio los músicos iban por un lado y las voces del coro por otro”, recuerda.

‘MÚSICA POR LA INCLUSIÓN’

Así echó a andar el proyecto educativo ‘Música por la Inclusión’: una propuesta de colaboración entre músicos profesionales y alumnos con discapacidad intelectual, entre los que se encontraba María Giurgila. “Fue un año muy duro porque era algo totalmente nuevo para mí”, recuerda en declaraciones a Servimedia. Durante todo un curso, el coro de la escuela estuvo preparándose para un concierto que tendría lugar en las Fiestas de la Mercè de 2013.

“Lo que se pretendía era visibilizar las capacidades de las personas con discapacidad haciendo de puente hacia la inclusión social”, recuerda Turu, el responsable del proyecto. La experiencia fue un éxito y dos décadas después aquel grupo no sólo sigue unido, sino que se ha afianzado en el ‘mundillo’ musical. “Al principio la banda no tenía ni nombre. Era un proyecto escolar y se ha acabado transformándose en lo que ahora es la banda. Y Clams somos todos”, afirma orgullo su cantante.

“Hemos documentado todos estos años de experiencia en un trabajo audiovisual que volveremos a presentar con motivo de nuestro décimo aniversario este lunes 2 de octubre”, avanza Turu. En el documental ‘Línea Addicional’ se puede apreciar la progresión que han experimentado todos los miembros del grupo. El viaje hacia la madurez de la banda y el coro.

“Era una oportunidad para compartir, para hacer un cambio de mirada. “Más que de inclusión me gusta hablar de crear espacios de convivencia. Cuando están juntos la energía que se genera es brutal”, asegura el responsable de la banda.

LA MÚSICA COMO TERAPIA

Los componentes de la coral de Clams han ganado en autoestima y en confianza. María alterna las tablas del escenario con las salas de conferencias y auditorios de colegios e institutos. “Trabajo en un Centro Especial de Empleo (CEE) impartiendo charlas de sensibilización sobre la diversidad entre escolares. Les planteo que no todo el mundo es igual. No todos somos guapos ni nos comunicamos de la misma manera”.

María está acostumbrada a responder a la insistente curiosidad de los alumnos que le preguntan qué te le ha pasado. “Yo les digo que nada, que soy así y punto”. La joven reconoce que desde que participa en los coros se siente más segura. "Sobre todo he aprendido a moverme por el escenario y a actuar con cantantes que no tienen discapacidad”, afirma.

“Las personas con discapacidad intelectual encuentran en la música una mejora de las habilidades sociales adaptativas y les ayuda a superar el miedo escénico”, explica Turu, que actualmente trabaja como coordinador del servicio de inclusión escolar en la Fundación Catalana Síndrome de Down (FCSD).

María, miembro del coro, recuerda: “Al principio lo pasaba muy mal porque era algo nuevo. Eso de subirme a un escenario y ponerme a cantar frente a tanta gente me daba un poco de como de vergüenza, pero después de tantos años, ya no”.

“Antes trabajábamos con un proyecto de anticipación. Diez años después llega un momento en que eso es muy difícil porque tenemos conciertos, pasan cosas imprevistas y entramos en unas dinámicas cambiantes”, explica Turu. “Unos dos días tenemos que ir a hacer un bolo, otro una entrevista y esto antes era impensable”. Los integrantes del coro han aprendido a gestionar mejor sus actividades de ocio y al final Clams los ha llevado a encontrar un grupo de amigos”, apunta.

Cuando los alumnos llegaron a la edad de dejar la escuela se planteó la duda de si continuar y cómo puesto que se habían quedado sin el paraguas jurídico. “Sin el apoyo de las familias no habría sido posible. Entonces las familias de los coristas constituyeron la Asociación Música por la Inclusión que gestiona toda la actividad del grupo”, explica.

María subraya que “los familiares son los fans número uno y no se pierden ningún concierto de la banda”. Entre sus adeptos también figuran nombres conocidos de la literatura como el del escritor Albert Espinosa, que dijo sobre ellos: "Las ganas y el arte que consiguen estos luchadores en cada tema no tengo ninguna duda de que nace de su energía única”. Porque si algo distingue a estos jóvenes no es su discapacidad sino su ilusión y ganas de seguir mejorando.

“Tenemos la etiqueta de grupo de concienciación sobre la discapacidad, pero lo que importa es hacer canciones que emocionen porque por mucho mensaje que tengas si lo que haces no llega no sirve para nada”, afirma Turu como cantante y director. María, Alicia, Bea, Carla, David, Eli, Helena, Judith, Laura, Mireia, Oriol, Sara y Sergi son ‘los otros’ chicos del coro. Y no cabe duda de que además son los ‘únicos’ que forman parte de una banda pop-rock inclusivo.

(SERVIMEDIA)
01 Oct 2023
AOA/pai